Los sindicatos son organismos nacidos de la
lucha violenta por nuestras demandas para defendernos de los abusos y
explotación que nos imponen los ricos, un puñado de grandes empresarios
(grandes burgueses) y terratenientes (latifundistas), clases explotadoras
contra las cuales todo el pueblo ha luchado durante siglos. La organización
sindical fue construida para educarnos en la lucha contra el enemigo, para
mostrarnos el camino de la unidad proletaria y de la necesidad de que el pueblo
debe conquistar el poder. Los gobiernos de turnos crearon leyes laborales
para intentar callar nuestra fuerza y profundizar la explotación sobre nuestros
hombros, y para hacerlo hablaron de nosotros, de nuestros sindicatos, para
intentar quitarle todo el carácter combativo y transformarlos en organismos
amarillos, comprando dirigentes para que traicionen al pueblo a cambio de
beneficios personales, puestos en municipios, concejalías o el parlamento,
poniéndose de rodillas ante los patrones. Nos imponen "sindicatos"
hechos a su medida, sindicatos que aceptan la explotación, los despidos, las
malas condiciones laborales, los sueldos de hambre y que se queden callados
ante la pobreza a la que arrojan a nuestro pueblo. Los opresores quieren
sindicatos que colaboren para mantenernos callados, sindicatos que nos arrojen
al pacifismo para que no hagamos huelgas y cuando hayan sean hechas a la pinta
de los patrones. Esos son los sindicatos que la reforma laboral de Bachelet y
sus lacayos del falso partido comunista quieren, vende-obreros como la
CUT y tantos otros, serviles a los gobiernos de turnos y a las políticas
antipopulares del viejo Estado.
Nosotros debemos oponer a ello sindicatos bajo el
principio de clase. ¿Qué es el principio de clase? el no aceptar la intromisión
de los empresarios y el estado en nuestra organización, ser completamente
independientes de ellos, organizar las huelgas y protestas a nuestra pinta y no
a la pinta del código laboral. Sindicatos que luchan contra los patronos para
defender a los trabajadores, que se oponen a colaborar con las clases
explotadoras, porque se asumen como parte de las clases explotadas, tomando posición
porque nuestros intereses y la de los empresarios son opuestos, el pueblo
siempre ha luchado contra los opresores. Sindicatos que solidaricen con todas
las luchas populares, con toda la lucha del movimiento obrero, pero además, con
la lucha por la tierra del campesinado pobre y por ende la lucha de las
comunidades mapuche contra el latifundio. Aceptar el principio de clase es
comprender que todas las clases oprimidas y sectores populares son parte del
frente del pueblo y que este debe unirse en un frente único popular, y como un
solo puño golpear al enemigo, De esta forma los obreros y trabajadores
construirán sindicatos que sirvan a la revolución.
El pueblo debe preparar la batalla definitiva por
la toma del poder, pero ello no se consigue con el camino electoral ni el
parlamentario, estos buscan mantener la opresión, siglos de lucha nos han
demostrado que solo organizando la violencia revolucionaria puede concretarse
la revolución democrático-nacional que destruirá las
tres cadenas que nos oprimen: El imperialismo, los terratenientes y
la gran burguesía. Luis Emilio Recabarren, padre del movimiento obrero y
fundador del Partido Comunista lo planteó, nuestra tarea es retomar su legado,
reconstituir su partido que
después de su muerte fue traicionado y deformado. Para ello el movimiento
obrero debe fortalecerse bajo un sólido principio de clase, y marchar con sus
propias banderas.
¡APLASTAR A LOS VENDE OBREROS DE LA CUT Y DEL FALSO PARTIDO
COMUNISTA LAMEBOTAS DE LOS OPRESORES!
¡FORJAR LA ALIANZA OBRERO- CAMPESINA SIRVIENDO A LA
REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-NACIONAL!
¡RETOMAR EL ROJO LEGADO DE LUIS EMILIO RECABARREN!
MOVIMIENTO
JUVENIL POPULAR