viernes, 9 de diciembre de 2016

Declaración de principios del Movimiento Juvenil Popular

¡SENTAR LAS BASES DEL MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR!


“…los brazos juveniles baten al viento nuestras ondeantes banderas rojas, emblemas de la revolución que avanza”. Luis Emilio Recabarren


Todos los problemas de nuestra sociedad se explican y resuelven por medio de la lucha de clases. Objetivamente, la sociedad está dividida en clases explotadoras y clases explotadas, en opresores y oprimidos. Así mismo, estas clases sociales están atravesadas por los denominados sectores sociales, siendo principales, el sector de las mujeres, de los intelectuales y de los jóvenes. Estos sectores sociales, (y lo mismo ocurre con las razas), existen en todas las clases, por lo tanto, existen mujeres, intelectuales y jóvenes opresores y oprimidos, explotadores y explotados. Por lo tanto, y como lo planteó el gran marxista latinoamericano José Carlos Mariátegui al referirse a las mujeres, ellas, así como los intelectuales y los jóvenes, no pueden luchar la misma batalla juntos, pues tienen intereses contrapuestos según sea la clase social a la que pertenecen. En consecuencia los jóvenes pueden ser revolucionarios, centristas o contrarrevolucionarios, según sea su actitud y posición frente a las luchas populares y a la revolución; y es nuestra responsabilidad acelerar el proceso por el cual se han de incorporar a la revolución democrático-nacional y después socialista. Con esta motivación y como parte del proceso de retomar las rojas banderas de Recabarren desprestigiadas por los falsos comunistas del falso PC revisionista, y su engendro la mafiosamente llamada jota, hoy se levanta un Movimiento cuya base principal deben ser los jóvenes campesinos y obreros de clara conciencia clasista, dispuestos a trabajar por la unidad de las masas populares, adoptando el estilo de vida de obreros y campesinos principalmente pobres, estilo de vida, caracterizado por la lucha y trabajo arduo, abrazando la pobreza, porque la pobreza no es un insulto o una vergüenza, por el contrario, es una honra, es el  impulso vital para superar las adversidades de la lucha por la revolución que nos convoca.

El Movimiento Juvenil Popular, es una organización generada por la vanguardia del proletariado, para movilizar, politizar y organizar a las masas juveniles del pueblo en función de las luchas populares en campo y ciudad, contra la explotación y la opresión; lucha popular que tiene dos vertientes, por un lado la lucha económica por demandas inmediatas y por otro lado la lucha política por la solución definitiva de los problemas del pueblo. La primera es la lucha por medio de movilizaciones, paros y tomas, por salario y condiciones de trabajo, es la lucha por más tierra para el campesinado principalmente pobre, y por demandas en salud, vivienda, educación, etc. En síntesis es la lucha constante por la supervivencia. La segunda es la lucha armada por la conquista del poder para el pueblo; para el proletariado y el campesinado que son las fuerzas principales de la revolución, para la pequeña y mediana burguesía que son los aliados principales; es la destrucción del viejo orden social y la construcción del nuevo orden social, destrucción y construcción simultáneas y por partes, que será incontrovertible realidad a través del proceso prolongado de la guerra popular dirigida por el Partido Comunista fundado por Recabarren en 1922. No nos referimos al falso PC de los Fonseca, los Teiltelboim, Neruda, Corbalan, Gladys Marin o los Teiller de la actualidad; siniestros personajes que traicionaron al proletariado revisando (por eso son revisionistas) y cambiando los principios del marxismo leninismo, legalizándose para participar en el Estado burgués terrateniente, como un partido burgués más, tal como hoy no sin asco, podemos constatar. Al hablar sobre quien dirigirá la guerra popular, nos referimos al Partido Comunista de Chile que en proceso de reconstitución desde el 2009, retoma el marxismo leninismo adhiriendo a su tercera y superior etapa, el maoísmo; y brega por colocar la ideología y política proletaria al mando de toda lucha popular. El Movimiento Juvenil Popular comprometido en y para la revolución democrático nacional y posteriormente socialista, presenta la siguiente declaración de principios.  
        


¡POR UN MOVIMIENTO JUVENIL PRINCIPALMENTE DE
OBREROS Y CAMPESINOS!


La situación internacional
Nuestra época es la época de la revolución proletaria mundial y del aplastamiento completo del imperialismo, la reacción mundial y el revisionismo. Las fuerzas en contienda son revolución y contrarrevolución; esta contradicción rige el panorama mundial y en la actualidad se encuentra en su tercera y última etapa, en la cual la revolución está en ofensiva estratégica contra el imperialismo que se retuerce en su defensiva estratégica; la perspectiva es el triunfo de la revolución proletaria mundial con el establecimiento del socialismo en toda la tierra, y el total barrimiento del imperialismo. Pero esta perspectiva requiere superar las actuales dificultades internacionales en las que se debate la revolución y contragolpear las campañas contrarrevolucionarias del imperialismo, más aun si el oportunismo y el revisionismo están presentando las campañas imperialistas y aquellas dificultades de la revolución mundial, como demostraciones de que el imperialismo “todavía puede” frente a una revolución que “aún no debe”. La tarea es una sola reconstituir los Partidos Comunistas, preparando en cada país el inicio y desarrollo de una guerra popular por el poder para el pueblo, y esto solo puede hacerse en lucha implacable contra el revisionismo, los falsos comunistas y falsos revolucionarios que como en nuestro país, utilizan fraseología revolucionaria para penetrar en el pueblo, convertirse en dirigentes de sus luchas, para luego venderlas a las clases explotadoras a cambio de participar en el viejo Estado. El Movimiento Juvenil Popular debe aplastar estos engendros que encubren la putrefacción del imperialismo y resaltar la verdadera contradicción en lo internacional, el tercer momento y último en que se encuentra y que en ella la tendencia principal es la revolución proletaria mundial.

La situación nacional
A nivel nacional, las dificultades que enfrentan las masas populares del campo y la ciudad, se explican por tres problemas que caracterizan a Chile como un país atrasado contrariamente a la propaganda burguesa, que pretende presentarlo como un país moderno y próximo a ser desarrollado como los de la OCDE. Los tres problemas mencionados caracterizan a la sociedad chilena como una sociedad semifeudal y semicolonial, con un capitalismo burocrático creado y sostenido por el imperialismo y estrechamente vinculado al capital terrateniente. Veamos sucintamente estos tres problemas.

Chile es un país semifeudal porque en el campo existe gran propiedad agraria en manos de un puñado de terratenientes que explotan al campesinado por el método de la servidumbre, maquillada con el pago de salarios y jornadas laborales. Junto a esta gran propiedad y en estrecha relación con ella, es obvio que existen inversiones de la gran burguesía y del imperialismo, generando proletariado agrícola, lo cual no niega, más bien confirma el vínculo estrecho entre terratenientes, gran burguesía e imperialismo, los cuales explotan y oprimen al campesinado minifundista y al campesinado indígena de las comunidades, aplicando contra estas últimas una política racista y de reducción de tierras productivas. La gran propiedad agraria es la base material del poder político de los terratenientes en el campo y por tanto de su poder militar, considerando que controlan el estado chileno junto a la gran burguesía, pero no lo dirigen como si lo hace esta última clase.

Chile es un país semicolonial porque formalmente posee Estado y constitución propia, a lo que los reaccionarios llaman engañosamente “soberanía”, sin embargo tras esta apariencia formal, Chile es un país dominado por el capital extranjero, es decir, por el imperialismo principalmente norteamericano y secundariamente por otras potencias imperialistas. Este dominio extranjero se produce principalmente a través de sus lacayos la gran burguesía chilena y los terratenientes.

Chile es un país con capitalismo burocrático, un capitalismo sujeto a los intereses imperialistas, (por tanto un capitalismo enano, lisiado) y en estrecho vínculo con capitales terratenientes (por tanto un capitalismo deformado y enfermizo). La gran propiedad capitalista (el capital burocrático), es la base material del poder político de la gran burguesía a nivel nacional y por tanto de su poder militar, más aun cuando es la clase que dirige el Estado chileno. Esta gran burguesía explota al proletariado y demás trabajadores, y oprime al capitalismo nacional (pymes, mypes), de la pequeña y mediana burguesía.     

El Estado chileno es el instrumento de dictadura de las clases explotadoras chilenas, está controlado por los terratenientes y por la gran burguesía, siendo esta última la que lo dirige. El Estado chileno se apoya en sus dos pilares fundamentales: las fuerzas armadas y la burocracia estatal; de ambos principal son las fuerzas armadas, pues son su columna vertebral, como en todo tipo de Estado. Así mismo el Estado chileno jamás ha dejado de ser controlado por las dos clases explotadoras, ni en la época de la efímera república socialista de Marmaduke, ni durante los tres años del gobierno de Allende. Este último, pretendió engañar a las masas populares prometiendo que iniciaría una revolución socialista a partir de las elecciones burguesas, respetando la legalidad burguesa y sin destruir el viejo Estado de la gran burguesía y de los terratenientes. Tomó medidas paliativas y demagógicas como el vaso de leche, los aumentos salariales, y otras más importantes como fueron las nacionalizaciones, con las cuales pretendió fortalecer una de las facciones de la gran burguesía la facción monopolista estatal, frente a la facción de monopolistas privados. Pretendió corporativizar a las masas campesinas a través de la ley agraria Frei-Allende, que regulaba la formación de cooperativas y de asentamientos agrarios que eran propiedad del Estado y la entrega de tierras a comunidades indígenas; así mismo intentaron corporativizar a las masas trabajadoras en la ciudad, con el control obrero de las fábricas intervenidas. Para poder financiar su programa corporativo y el fortalecimiento de la facción monopolista estatal de la gran burguesía, se declaró partidario tanto de los préstamos del social-imperialismo soviético como de las líneas de crédito del imperialismo norteamericano. Pero su inoperancia e incompetencia mostrada por él y por los oportunistas y revisionistas de la UP en su intento por frenar y controlar el ascenso popular que se venía desde los años 60, hizo que el social-imperialismo soviético desistiera de entregar créditos al segundo año de gobierno, dejando el terreno libre para que el imperialismo norteamericano organizara el golpe de Estado de Pinochet. En nuestra apreciación, este golpe militar tuvo por objetivo principal frenar y aniquilar el ascenso popular, y castigar a las cúpulas partidarias con detenciones transitorias, llamadas hoy por los políticos burgueses, “las torturas sufridas por los renovados” (Bachelet, Vitar, etc.).       

Si bien el actual Estado chileno es más débil en el campo que en la ciudad, se introduce en las zonas rurales a través de las autoridades locales reaccionarias, de su red de caminos, postas, escuelas, retenes de carabineros, iglesias y programas sociales como chile solidario, vivienda subsidiada, PDTI, prodesal, repartiendo subsidios selectivamente e insignificantes capitales de trabajo; con esta infraestructura el viejo Estado sirve a las grandes inversiones del capitalismo burocrático en el campo y a los terratenientes, manteniendo a la mayoría de la población campesina, en un atraso feudal agobiante para el campesinado principalmente pobre. El dominio imperialista en el campo es directo e indirecto. El dominio indirecto se produce a través de los grupos económicos chilenos, y el dominio directo a través del control que ejerce sobre la producción de alimentos con el objetivo de bajar el nivel de los salarios, dicho control lo ejerce con las líneas de crédito rural del BID administradas por entidades chilenas y en segundo lugar con el desarrollo de la producción de semillas transgénicas. Además el imperialismo está impulsando la aplicación de planes de educación de la mano de obra rural, apuntando a elevar productividad, con nuevas carreras técnicas y una especie de ‘diplomados’ con planes piloto y convenios entre escuelas técnicas rurales, municipalidades y universidades, y con la implementación de la interculturalidad.

En resumen la lucha de las clases, la lucha de las masas de la  cual son parte los jóvenes, giran en torno de reivindicaciones democráticas fundamentales como la tierra, el salario y las condiciones de trabajo; y de reivindicaciones nacionales que se resumen en producción nacional y cultura nacional. Y solo sobre esta base de lucha por estas reivindicaciones, se puede comprender el problema de la revolución democrático-nacional.

Las dos etapas de la revolución.
Siendo Chile un país atrasado cuya sociedad es semifeudal, semicolonial y con capitalismo burocrático, la revolución que corresponde realizar debe servir a resolver estos tres problemas fundamentales, por lo tanto, debe ser una revolución democrático nacional. Es democrática porque destruye la semifeudalidad confiscando la gran propiedad terrateniente con la guerra popular, es nacional porque destruye la semicolonialidad con la guerra popular, confiscando la propiedad imperialista y destruyendo toda clase de vínculo y es democrático-nacional, porque destruye el capitalismo burocrático también con guerra popular, capitalismo que es soporte de la semifeudalidad y está vinculado al imperialismo. De esta manera la revolución democrático nacional defiende los intereses del proletariado, del campesinado y la pequeña burguesía respetando los intereses del exiguo capitalismo nacional (Pymes, Mypes) que está en manos de la pequeña y mediana burguesía, más en esta última. Cumplida esta etapa democrático nacional, la revolución chilena pasará ininterrumpidamente a su segunda etapa de revolución socialista.

Tareas y blancos de la revolución.
Las tres tareas de la revolución democrático-nacional son confiscación (sin pago alguno y con armas en la mano) de la gran propiedad agraria terrateniente y de la gran propiedad capitalista de la gran burguesía y del imperialismo. La confiscación de la gran propiedad terrateniente creará la propiedad campesina y la confiscación del capitalismo burocrático generará la primera propiedad socialista de obreros y trabajadores, que servirá de base material para el inicio de la revolución socialista en todo el país.
Los blancos de la revolución democrático nacional son la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo.

Fuerzas, necesidades e instrumentos de la revolución.
Las fuerzas de la revolución son de dos tipos: fuerzas motrices y fuerzas aliadas. Las primeras son el proletariado y el campesinado; y las segundas son la pequeña burguesía como aliado principal y el ala izquierda de la mediana burguesía como aliado circunstancial. El campesinado es la fuerza principal de la revolución, mientras que el proletariado es fuerza dirigente que mantiene el rumbo hacia el comunismo.
Toda revolución es una guerra de clases, y por ello tiene tres necesidades, necesidad de dirección o mando único, necesidad de organizar su acción armada y necesidad de unificar a la población que dirige. Estas necesidades dan lugar a los tres instrumentos de la revolución: el Partido Comunista Estado mayor de la revolución, el ejército guerrillero popular y el frente único popular.

La política de la revolución.
La política fundamental de la revolución depende del grado de intervención imperialista en el país. Hoy se da una intervención indirecta del imperialismo en nuestra patria, por tanto la política fundamental de la revolución es la del Frente Único Popular; cuando se dé una intervención directa  la política cambiará a la del Frente de Liberación Nacional. El frente único popular es el problema de movilizar, politizar y organizar a las masas populares en la lucha reivindicativa por sus demandas económicas y políticas, en función de preparar, iniciar y desarrollar la guerra popular. Esto nos lleva a la necesidad de comprender la evolución histórica de las masas y su constitución actual. Históricamente las masas populares en Chile han evolucionado desde nuestras raíces históricas plantadas en la sociedad antigua del comunismo indígena, hasta lo que son hoy, masas de indígenas, mestizos, criollos e incluso blancos, sufriendo en común aunque con peculiaridades, la misma y única explotación y opresión de la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo, opresión ejercida por un mismo y único viejo Estado, el Estado chileno. Por tanto corresponde trabajar por la unidad de las masas populares, que como clases sociales explotadas conformarán el frente único popular.

Forma principal de lucha y camino de la revolución.
Nuestro pueblo siempre ha luchado por sus demandas inmediatas, pero esta lucha reivindicativa muy necesaria no es suficiente pues no resuelve en definitiva los problemas del pueblo postergados generación tras generación. Solo la lucha por el poder político podrá resolverlos, y la forma principal de lucha de la revolución no son las elecciones ni las escaramuzas armadas mezcladas con treguas, pues ambas formas no apuntan a destruir el poder de los explotadores sino a implorar negociaciones para participar en el viejo Estado. La forma principal de lucha de la revolución democrático-nacional es la lucha armada cuya más alta expresión es la guerra popular; y el camino de la revolución, por el cual se le aplica es el camino de cercar las ciudades desde el campo, siendo principal el campo, y la ciudad complemento necesario. Ahora, si ligamos esto con lo afirmado sobre que todo el pueblo sufre la única y misma explotación y la opresión de un único y el mismo viejo Estado, concluiremos que en este proceso o se liberan todas las masas populares o no se libera nadie. Estamos contra la política imperialista de un Estado indígena dentro del Estado, de un Estado mapuche dentro del viejo Estado chileno, somos partidarios de la destrucción por partes de este viejo Estado y la construcción simultanea por partes, del nuevo Estado democrático popular, a partir de la organización de Bases de Apoyo, regiones rurales en las que se destruye el poder local y se levanta un poder popular. Bases de apoyo que servirán para extender la revolución a todo el país. Un proceso armado en que las masas populares se unifican en torno a la nueva cultura de la revolución, de la organización de la violencia revolucionaria y de la nueva sociedad libre de explotación y opresión, y que solo teniendo el poder conquistado en todo el país, será posible resolver los problemas de la autodeterminación de las minorías nacionales. Porque la autodeterminación no se reclama a un viejo Estado, más bien se conquista con un nuevo Estado resultante de la acción armada de las masas populares, un Estado de ellas mismas, un Estado democrático popular. 

Movilizar a las masas de obreros y campesinos
Sí estas son las características de la revolución democrático-nacional, cabe preguntarnos como lo hizo en su momento el Presidente Mao ¿Por qué después de varias décadas de lucha, desde 1922, nuestra revolución no ha logrado conquistar el poder para las masas populares? Porque aún no han sido movilizadas las masas trabajadoras de obreros y campesinos que constituyen el noventa por ciento de la población. Por tanto, se nos presenta la tarea impostergable de movilizar a las masas de obreros y campesinos y solo se puede hacer esto integrándonos a las luchas de clases de las masas, criticando el subjetivismo y el individualismo principalmente de los intelectuales y estudiantes que con frecuencia se muestran “poco prácticos en su pensamiento y vacilantes en su acción”, educando en la violencia revolucionaria pues “solo con el fusil se puede transformar el mundo entero” y en la lucha contra el revisionismo es decir, contra la pandilla de falsos comunistas e ‘izquierdistas’ que manipulan y traicionan las luchas del pueblo. 


EL MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR

Los jóvenes del pueblo constituyen un porcentaje importante y una fuerza formidable de transformación. Los múltiples problemas que sufren se resumen en la doble opresión que pesa sobre ellos, la opresión de clase, que es general a todo el pueblo, y la opresión patriarcal, que es peculiar en los jóvenes; de ambas es principal la opresión de clase, que en el caso de los jóvenes se expresa en la sobreexplotación de su mano de obra, en el indignante hecho de no tener tierra y en el tráfico educativo de sus expectativas; y todo esto es necesario especificar, sistematizar en detalle, y propagandizar. Siendo Chile un país atrasado, la opresión patriarcal adquiere una connotación feudal impregnada de autoritarismo y supersticiones, no pocas veces acompañada de mal trato físico, prohibiciones y hasta reclusiones, todo lo cual se resume en la superchería de considerar a los jóvenes, ‘menores de edad’ sin raciocinio, sin intereses, decisión, ni voluntad propios. Frente a estos dos problemas fundamentales, se levantan los jóvenes del pueblo impulsados por tres factores que los caracterizan: en primer lugar, son la fuerza más activa y vital de la sociedad; en segundo lugar son los más ansiosos por aprender; y en tercer lugar son los menos conservadores. Apoyado en estas características de los jóvenes, el Movimiento Juvenil Popular se basa en tres criterios:

-          Trabajar por la unidad de las masas populares,
-          Integrarse con las masas principalmente de obreros y campesinos, e
-          Integrarse en la lucha de clases y estilo de vida de las masas.

Estos tres criterios constituyen una unidad, no puede aplicarse el uno sin el otro, pero también hay que diferenciar y por eso afirmamos que de todos ellos principal es integrarse a las masas de obreros y campesinos. El movimiento estudiantil en Chile ha cumplido muchas jornadas de lucha contra los tres enemigos del pueblo, a este movimiento en ocasiones se han unido los intelectuales populares, específicamente maestros, parvularias, enfermeras, etc. los que en conjunto forman un gran contingente. Sin embargo no es el contingente principal de la revolución. Las luchas de los intelectuales y estudiantes son necesarias, pero por si solas no podrán derrocar y destruir a los tres enemigos principales del pueblo. El contingente o fuerza principal de la revolución son los obreros y campesinos, por lo tanto los jóvenes intelectuales y estudiantes deben ir a las masas obreras y campesinas, integrarse a sus luchas y acoger su estilo de vida. Al respecto el Presidente Mao dice certeramente que entre muchas características, la que destaca en las masas populares es su pobreza, que eso no es malo, es bueno, pues la pobreza impulsa el anhelo de cambio, de acción, de revolución. Lenin decía que, quien vive con sus necesidades plenamente satisfechas evidentemente no desea la revolución, a esto se refería Bertolt Brecht, militante comunista alemán, cuando escribió que “solo quien no sabe las cosas es capaz de reír” y actualmente vemos dirigentillos y grupitos de gentes que por su ‘inconfesable miedo a la pobreza’ se amoldan al orden imperante tras su charlatanería ‘revolucionaria’.

EL Movimiento Juvenil Popular, aplica su línea política específica, primero, luchando con las masas de obreros y campesinos y viviendo como ellas, solo así podremos conocer con mayor profundidad sus problemas: la tierra, el trabajo, los alimentos que faltan, la salud quebrantada, la negra ignorancia, es decir, solo abrazando la vida de las masas podremos impulsar su lucha por demandas, actuando de acuerdo a sus necesidades y deseos, respetando su voluntariedad y desechando toda apestosa presunción de sabelotodo, de autoritarismo y sectarismo, brindando por el contrario, respeto, dedicación y camaradería. Así mismo, nos proclamamos partidarios de la filosofía de la lucha, contra la parsimonia y la conciliación, pues en aguas estancadas solo crecen zancudos y batracios. En síntesis como el sol a las ocho de la mañana, los jóvenes del pueblo, del campo y la ciudad, nos rebelamos justamente, contra todo signo de explotación y opresión, escuchando la voz de nuestro tiempo y ocupando nuestro puesto en la jornada, en la lucha definitiva de nuestra época que ningún revolucionario declarado puede soslayar.

Teniendo como base la línea política para el movimiento juvenil expuesta, presentamos a continuación un esbozo de los principios que nos guían en nuestro accionar, pues toda acción concreta, parte de una idea sobre el problema específico a resolver, y esta idea tiene como guía un conjunto de principios generales y una línea política específica sobre la realidad en que el problema se presenta.



PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTO JUVENIL.
ESBOZO.

1.      Enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, aplastando la concepción imperialista, gran burguesa y terrateniente, aniquilando al revisionismo y superando las concepciones pequeñoburguesas y derechistas.

2.      Practicar la disciplina y organización proletarias oponiéndose al anarquismo y a las actitudes libertarias en lo organizativo.

3.      Ir a lo hondo y profundo de las masas oponiéndose a la tendencia revisionista de quedarse en la superficie y destruir el desprecio a la experiencia práctica.

4.      Ir principalmente a las masas obreras y campesinas más pobres y explotadas. Los jóvenes, mejores hijos de ellas son nuestra base.

5.      Movilizar y politizar es impulsar la lucha reivindicativa en las masas por sus necesidades básicas en función de preparar, iniciar y desarrollar la guerra popular, elevando su comprensión política paso a paso, en lucha y respetando su voluntariedad.

6.      Organizar a las masas aplicando el principio clasista de agrupar partiendo de la posición de clase. Elevar la organización de las masas es estimularlas a aferrar la concepción y método del proletariado.

7.      tener como estilo de vida el luchar y vivir con las masas populares principalmente de obreros y campesinos, abrazando la pobreza como impulso material para vencer adversidades en el camino de la revolución.


Movimiento Juvenil Popular
Chile, Noviembre, 2016



lunes, 24 de octubre de 2016

¡OCTUBRE ES ROJO! DOS REVOLUCIONES, TRES LECCIONES

La revolución rusa  (1917-1956) y la revolución China (1949-1976) ocurridas ambas en octubre, son dos grandes hitos que nos dejan tres lecciones: La lucha del pueblo es a fin de cuentas por el poder; y lo hace bajo dirección de un partido comunista; y con las armas en la mano. La Revolución Rusa fue conducida por un Partido Comunista dirigido por Lenin que llevó al pueblo Ruso a la conquista del poder por medio de la insurrección y la posterior guerra civil.  De igual manera, la revolución China fue conducida por un Partido Comunista dirigido por Mao Tse-Tung que llevó al pueblo a la conquista del poder también por medio de las armas, desarrollando la guerra popular del campo a la ciudad.

Nosotros vivimos bajo un sistema explotador al servicio de la gran burguesía y los terratenientes (grandes empresarios y latifundistas) que nos oprimen con su Viejo Estado Chileno, un Estado que no nos resuelve nada  (vivienda, educación, Salud, jubilación), que solo trae miseria, corrupción, sueldos bajos, desocupación, represión  y  sobreexplotación. Solo es cosa de ver lo que ocurre en 4 regiones del sur,  las más pobres, con los sueldos más bajos y con gran número de cesantes, una realidad que a ellos no les importa en lo más mínimo. ¡Este sistema no nos sirve, está podrido hasta sus raíces y cualquier intento de reforma es simple maquillaje! Sus elecciones no son más que el reflejo de toda la explotación y opresión, donde se nos obliga elegir cada cuatro años a quien será el nuevo verdugo del pueblo.

No confíes en estos chupasangres oportunistas, que como en cada elección, solo te buscan para  obtener  puestos, algunos inclusive disfrazándose de izquierda (falsos comunistas, izquierda autónoma, revolución democrática, etc.) y también los que dicen defender al pueblo mapuche pero que se coluden con el Estado (Wallmapuwen, Admapu).  Confía solo en tus propias fuerzas, en tu organización propia, que debe ser distinta y opuesta a los explotadores, al Estado y a los oportunistas. Solo siguiendo el ejemplo de las dos grandes revoluciones pondremos fin a la explotación y opresión,  retomando las rojas banderas de Recabarren (fundador del PC de Chile) usurpadas por los falsos comunistas desde los años treinta hasta la fecha.

Rojas son las banderas de los que se rebelan, roja es la sangre derramada del pueblo, el negro es el color del pesimismo y la capitulación.

¡ABAJO LAS ELECCIONES! ¡DESARROLLAR LA REVOLUCIÓN CHILENA!


lunes, 29 de agosto de 2016

¡APLASTAR LOS NEGOCIADOS HAMBREADORES DEL IMPERIALISMO Y SUS LACAYOS, GRANDES BURGUESES Y TERRATENIENTES!

El EREDE es la instancia donde la gran burguesía y los terratenientes de la región se juntan para debatir como profundizar el capitalismo burocrático bajo las inversiones del imperialismo principalmente yanqui. Ellos con su viejo Estado Chileno tienen tres tareas reaccionarias que resolver:

1.- Enfrentar su crisis general en todos los planos, siendo central la económica y política.

2.- Reestructurar su viejo Estado mediante las reformas implementadas por el gobierno, siendo central para ellos la reforma constituyente con la que sellarán el incremento del fascismo, característica a la que ha devenido el actual gobierno. 

3.- Prevenir el inicio de la guerra popular, buscando contener la violencia revolucionaria de las masas para desviar sus luchas hacia el pacifismo electoral con ayuda del revisionismo (falso partido comunista) y oportunistas (electoreros en general).

 ¡NUESTRAS LUCHAS DEBEN SERVIR A PREPARAR EL AJUSTE DE CUENTAS CON LOS EXPLOTADORES Y SU VIEJO ESTADO!

NUESTRA TAREA: LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-NACIONAL

SUS BLANCOS: La gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo, los explotadores que hacen de Chile un país semicolonial, semifeudal con capitalismo burocrático. 



¡¡NUESTRO CAMINO NO SON LAS ELECCIONES SINO UNA REVOLUCIÓN DEL CAMPO A LA CIUDAD POR LA CONQUISTA DEL PODER!!


¡AL PUEBLO LE COBRAN DOBLE! ¡ABAJO LAS AFP!

¡POR LA ELIMINACIÓN DE LAS COTIZACIONES QUE IMPONEN AL TRABAJADOR ! 

Las AFP son negociados vinculados a las grandes corporaciones de seguros del capital imperialista, generados en Chile durante el gobierno militar como parte del plan de profundización del capitalismo burocrático bajo el mando del imperialismo yanqui y sus inversiones. Así la gran burguesía chilena (grandes empresarios) amparándose en las leyes del Viejo Estado chileno que ellos dirigen bajo alianza con los terratenientes, ha generado todo un negociado mediante la especulación con nuestros sueldos a partir  de la imposición de cotizaciones al trabajador. Y es que desde incluso antes de las AFP ellos NOS COBRAN DOBLE Y TRIPLE, porque junto con cobrar impuestos nos cobran una parte de nuestros salarios de hambre para según ellos darnos acceso a salud y pensiones,  y a cambio nos entregan servicios miserables para volvernos a cobrar por atención de calidad, pues si no lo hacemos simplemente nos dejan morir en la fila de espera.

LA LUCHA POR UN SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL NO BASADO EN EL SALARIO DEL TRABAJADOR ES UNA DEMANDA HISTORICA DEL MOVIMIENTO OBRERO. No es el pueblo quien debe financiar las jubilaciones, pasamos una vida entera sudando por un miserable sueldo como para más remate tener que financiar nosotros nuestra vejez mientras los explotadores se lavan las manos amasando sus riquezas que extraen con nuestro trabajo, ES EL VIEJO ESTADO CHILENO Y LOS GRANDES EMPRESARIOS QUIENES TIENEN EL DEBER DE CUBRIR LA SEGURIDAD SOCIAL DEL PUEBLO. Hoy, el gobierno de turno busca profundizar las AFP basándose en las órdenes imperialistas del Fondo monetario Internacional (FMI) lo cual implica la posibilidad de aumentar la edad para jubilar, el subsidio del miserable pilar solidario y la AFP estatal. Frente a esto tanto la CUT como quienes dirigen la coordinadora no más AFP están aprovechando el descontento popular para llevarnos tras ello, unos levantando la AFP estatal y otros  lo que es lo mismo, el sistema de reparto tripartito, apelando a que este se opone al negociado actual, cuando en realidad fue su germen. El sistema de reparto solo sirvió para mostrar a los grupos económicos, el monopolio privado de la gran burguesía, que la previsión social puede ser un negociado muy rentable si se basa en la cotización del trabajador, observando cómo el viejo sistema había ayudado al enriquecimiento del monopolio estatal (gran burguesía que dirige las grandes empresas estatales participantes de la producción). Decir que antes de la AFP era todo color de rosa es una aberración, la vejez del pueblo nunca les ha importado más que para enriquecerse a costa de las cotizaciones que nos imponen.

Por eso, luchar verdaderamente contra las AFPs es eliminar la base en que se sustenta: la cotización del pueblo, todo lo demás es simple y llanamente campaña electoral para evitar su derrumbe a cambio de algunos querer acomodarse como administradores de fondos previsionales públicos o privados y así vivir de la plata del pueblo, por eso Bachelet ha incorporado algunas de sus propuestas, porque le ayuda a evitar la revolución. El movimiento obrero y popular debe retomar su demanda histórica: la conquista de un sistema de seguridad social  garantizado por los explotadores y su viejo estado, lucha que debe servir a preparar LA SOLUCIÓN DEFINITIVA: LA CONQUISTA DEL PODER, UNA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-NACIONAL CONTRA EL IMPERIALISMO Y SUS LACAYOS: LOS TERRATENIENTES Y LA GRAN BURGUESÍA. Esta es la revolución que del campo a la ciudad destruirá el Estado burgués-terrateniente y construirá  simultáneamente el nuevo Estado democrático-popular dando paso ininterrumpido a la revolución socialista, el tránsito a una sociedad sin clases sociales, el comunismo. 

¡LUCHAR POR UN SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL GARANTIZADO POR EL VIEJO ESTADO Y LOS EXPLOTADORES!

¡PREPARAR LA REVOLUCIÓN POR LA CONQUISTA DEL PODER!

MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR

miércoles, 4 de mayo de 2016

Volante difundido por el 1 de mayo

¡1° DE MAYO DÍA INTERNACIONAL DEL PROLETARIADO!
¡A ROMPER LAS CADENAS DE LA EXPLOTACIÓN!

Saludamos al proletariado, a las masas trabajadoras y a todo el pueblo que día a día enfrenta la explotación de un puñado de ricos. Nos encadenan a largas jornadas laborales,  sobreexplotan nuestra mano de obra, nos tienen en malas condiciones de trabajo con salarios de hambre, o cesantes, y  nos cobran doble con sus impuestos y  descuentos del sueldo para servicios que son miserables (salud, pensiones, educación) obligándonos luego a pagar y endeudarnos para no morir en la fila.  Esta es la dictadura de clase impuesta por los grandes empresarios (grandes burgueses) junto a los terratenientes mediante el Estado chileno con su parlamento e instituciones, un viejo Estado al servicio de sus intereses y de sus amos imperialistas, principalmente yanquis, que mantiene las tres cadenas que nos oprimen: semifeudalidad, capitalismo burocrático y dominación imperialista. Pero nuestro pueblo jamás ha permitido ser pisoteado, luchando en el trabajo, en las poblaciones, y en los campos por las justas demandas, eso es lo que hay que desarrollar, huelgas y sindicatos de clase, combativos y sin apego a su represor código laboral; organizar nuestras poblaciones y levantar la protesta; y en el campo luchar por la tierra aplastando el latifundio y sus aliados.

Ahora, el gobierno conducido por Bachelet, títeres de los explotadores está implementando una serie de reformas para defender sus intereses. Represión, sobreexplotación y profundización del código del trabajo de Pinochet para fortalecer sindicatos al servicio del patrón resumen su reforma laboral que aprobarán en medio de sus “diferencias”. Pero sus desacuerdos internos no son en base a los intereses del pueblo, si no en base a qué estrategia utilizar para mantener la explotación y apaciguar el ascenso popular. Esa estrategia  contempla utilizar a los vende obreros de la CUT y al falso partido comunista como parte del gobierno, para desviar y vender las luchas populares. ¿Por qué son falsos comunistas?  Porque Luis Emilio Recabarren (fundador del PC) fundó un partido para conquistar el poder por medio de la revolución, ¡no para las elecciones!, fueron los revisionistas (marxistas de palabra, burgueses en los hechos) quienes lo usurparon y lo trasformaron en un aparato electoral al servicio de los explotadores, renegando de los principios marxistas a cambio de acomodarse en el parlamento.  La CUT y estos señores solo son un grupo de mercenarios vendidos al mejor postor. ¡Nada debemos esperar de las limosnas del viejo estado con sus elecciones y candidatos, sus programas sociales, sus reformas, y sus dirigentes vendidos! ¡Construyamos con nuestras manos la revolución por la conquista del poder!  Obrero, poblador, joven popular ¡luchar por las demandas!, ¡retomar las rojas banderas de la revolución triunfante levantadas por Recabarren!

¡ABAJO EL VIEJO ESTADO BURGUÉS-TERRATENIENTE!
¡LUCHAR SIRVIENDO A LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-NACIONAL!



 

MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR



jueves, 28 de abril de 2016

PROPAGANDA DIFUNDIDA

¡ABAJO EL VIEJO ESTADO TERRATENIENTE-BURGUÉS
¡VIVA LA LUCHA POR LA TIERRA!

Denunciamos el nuevo montaje policial y judicial creado para defender los intereses de las clases explotadoras y encarcelar a luchadores por la tierra, utilizando a un "supuesto participante" que en realidad fue reclutado por la PDI para crear un falso testimonio de "arrepentido" e inculpar y montar falsas pruebas bajo la delación compensada, operaciones de inteligencia organizadas desde el año pasado. Todo este montaje expresa la necesidad del viejo Estado de dar un golpe a la lucha campesina como respuesta a los acontecimientos de los terratenientes Luchsinger-Mackay, porque aquello fue un hito de avance en la lucha popular que puso al debate la organización de la violencia revolucionaria y la necesidad de dar saltos en la lucha contra los enemigos de clase, separando aguas con quienes asumen pociones medias tintas, que condenaron y defendieron el latifundio, dentro de ellos la propia CAM. 

Si hoy vemos que la represión se esta incrementado y que el viejo estado se esta reajustando con sus reformas es porque necesitan profundizar sus intereses y con ello enfrentar con mayor fuerza el ascenso popular que se desarrolla, por eso incrementan sus rasgos fascistas de la mano de la demagogia, corporativización y represión sangrienta, en eso se resume el gobierno de Bachelet. Pero si sus planes apuntan con mayor fuerza al campo, es porque la lucha campesina por la tierra es la fuerza motriz de la revolución que barrerá con toda la opresión feudal de la clase terrateniente, la dominación imperialista y por ende el capitalismo burocrático de la gran burguesía expresado en todos sus grandes negocios forestales, energéticos, pesqueros, comerciales, bancarios etc. Estas clases sociales, expresadas en el viejo estado Chileno y lacayas de las grandes potencias imperialistas que se reparten el mundo, son los enemigos que todo el pueblo debe derribar. No es tiempo de creer en falsarios que ofrecen un "mundo mejor" participando de su podrido sistema electoral, cuyo papel es profundizar la opresión y explotación, es tiempo de preparar la lucha definitiva que el pueblo necesita, de que la lucha violenta por las demandas se incremente, de que las tomas de tierras sean sin pago al terrateniente (confiscación) y sirva a la preparación de una guerra popular por la conquista del poder, desarrollando el camino ya iniciado por Luis Emilio Recabarren y que fue boicoteado por el falso partido comunista después de su muerte, electoreros que serán aplastados junto a los enemigos de clase. El camino es unir al pueblo bajo una organización de combate que dirija en la guerra a todos los explotados del campo y la ciudad, reconstituyendo el partido comunista que cercando las ciudades desde el campo destruirá el viejo estado por partes y construirá simultáneamente por partes el nuevo estado democrático-popular resolviendo en esta lucha el problema de la tierra, autodeterminación, salario, vivienda, salud, educación, y todo lo que este podrido estado es incapaz de resolver.   

¡APLASTAR LA ARREMETIDA REPRESORA DE BACHELET Y SUS LACAYOS!
¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POR LA TIERRA!        

MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR

miércoles, 9 de marzo de 2016

8 de marzo ¡Viva el día internacional de la mujer!

ABAJO LOS IMPERIALISTAS! ¡ABAJO EL VIEJO ESTADO BURGUÉS-TERRATENIENTE!
¡BACHELET TÍTERE DE LOS EXPLOTADORES!

Conmemoramos esta fecha con un saludo y homenaje a todas las mujeres de nuestro pueblo, a la obrera, trabajadora, campesina y de la pequeña burguesía (pequeñas comerciantes, profesionales, estudiantes). Hoy como ayer, el viejo Estado está profundizando la sobreexplotación de las masas femeninas bajo su discurso de "inclusión y genero" para usarnos como mano de obra barata y profundizar nuestra doble opresión, de clase y de sexo. Sus reglamentaciones laborales son letra muerta para las mujeres que trabajan en los fundos y agroindustrias de los terratenientes, en las fábricas, bancos y grandes tiendas del capitalismo burocrático y en las escandalosas residencias de las clases altas; sus red de guarderías nacionales no cubren ni la décima parte de la demanda y han sido desenmascaradas por la corrupción de sus altos funcionarios y por el maltrato laboral a sus profesionales; los tribunales familiares y salas de conciliación son una muralla donde las demandas de las mujeres rebotan hacia su ámbito original: la casa, mostrándonos la hipócrita cara de su burocráticas oficinas. Eso es la tan nombrada “equidad de género”, y el “empoderamiento a la mujer”, solo son políticas y tesis imperialistas principalmente yanquis para negar la lucha de clases utilizando a sus aliados: el falso partido comunista renegado del marxismo y su ministra de la mujer; pero también a las organizaciones que repiten y propagandizan sus estupideces (allendistas, bolivarianos, miristas, trotskistas y los anarcos que le agregan la "disidencia sexual").  

El  feminismo tiene carácter de clase, o es burgués o es proletario. Estas organizaciones predican el burgués y pequeño burgués, nosotros practicamos el proletario. En una sociedad donde existen clases explotadas y clases explotadoras, las mujeres no pueden dar juntas la misma batalla, las mujeres como los hombres son reaccionarias, centristas o revolucionarias. En el pueblo explotado, las mujeres obreras, trabajadoras, campesinas y de la pequeña burguesía (pequeñas comerciantes, profesionales, estudiantes), soportan junto a los hombres, la misma explotación y opresión de las clases dominantes, de manera directa cuando trabajan para un patrón o de manera indirecta cuando están dedicadas a la actividad doméstica del hogar. Mientras que en las clases dominantes las mujeres mantienen una posición social privilegiada como profesional y propietaria del capital, ellas son consideradas embelesadamente como “mamíferos de lujo” y junto a los hombres de su clase ejercen la explotación y opresión del pueblo. Destruyendo esta opresión de clase -que es la principal- es como destruiremos la opresión de sexo. Por eso nuestra participación es fundamental en la lucha popular, somos parte de la revolución y su éxito depende del grado en que participemos, debemos tomar nuestro lugar. La conquista del poder es la gran batalla que debemos dar junto a todo el pueblo y es el primer paso para conquistar la verdadera liberación de la mujer que solo se completará en la lucha y defensa del socialismo bajo la luz del marxismo-leninismo maoísmo. Es la propiedad privada la que generó la opresión de clase y la opresión ejercida por los hombres,  y es en la lucha por la sociedad sin clases sociales, el comunismo, donde la propiedad privada y las clases sociales serán abolidas.

COMPAÑERA:

Impulsar lucha violenta por las demandas. Salario,  vivienda, salud, tierra, educación, contra la cesantía y las malas condiciones de trabajo.

Destruir las tres cadenas que oprimen a nuestro pueblo: semifeudalidad, semicolonialidad y capitalismo burocrático. ¡DESARROLLAR LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICO-NACIONAL!

Toma tu lugar: Reconstituir el partido comunista.
Preparar la guerra popular para la conquista del poder. 

MOVIMIENTO JUVENIL POPULAR



*Difundimos nuevamente y tomamos posición por el documento de lucha de dos lineas contra ideas de derecha y revisionistas en torno al problema de la mujer, titulado Mujer y revolución.

MUJER Y REVOLUCIÓN.

El problema de la mujer.

La variedad actual de interpretaciones sobre la mujer en última instancia se aproximan a una de dos concepciones principales, la del proletariado o de la burguesía, las dos grandes clases antagónicas de la historia contemporánea. Para el proletariado el problema de la mujer es la doble opresión que pesa sobre ella: la opresión de las clases dominantes y la opresión de sexo impuesta por los hombres, siendo principal la opresión de clase, porque la lucha de clases es la contradicción que impulsa el desarrollo de la sociedad y por tanto sienta las bases para eliminar de raíz la opresión de sexo. Contrariamente, la burguesía imperialista niega la existencia de clases, de lucha de clases y por tanto niega la opresión de clase. En consecuencia reduce el problema de la mujer a una relación consensuada entre sexos, oponiéndole a la opresión de sexo, frasecitas hueras como la “desigualdad de género”, intentando así arrastrar a las masas femeninas al terreno jurídico, al plano de los derechos humanos, a una estéril lucha por la reducción de ésta desigualdad, tal como lo expresó Bachelet en el año 2010, en la ONU-Mujeres:

“Tenemos que decirlo siempre y en voz alta: los derechos humanos son universales. Y la igualdad de género, que es una expresión de esos derechos, también es universal”.

¿Qué es la mentada desigualdad de género? Los intelectuales de la burguesía desde mediados del siglo XX han propagandizado esta frasecilla hasta institucionalizarla incorporándola a los diccionarios, las constituciones, leyes y hasta en los mandatos de la ONU. El término género fue utilizado institucionalmente por primera vez en los congresos de psiquiatría de la década del cincuenta, intentando explicar la homosexualidad y el lesbianismo. La introducción del término género a la política, respondió en un comienzo al intento de esconder la crisis de la hipócrita moral feudal y burguesa, crisis que acompaña a la agonía en la que se hunde el sistema capitalista. Los intelectuales alcahuetes de la burguesía, restringieron la variable sexo al campo de la biología, a que defina solo la condición sexual de la persona, en tanto el género entró a registrar la forma como esa persona ejerce su sexualidad¡¡independientemente de su sexo!!Así las deleznables prácticas del esclavismo griego representadas en la mitología por Ganimedes para el caso de los hombres o Helena de Troya para el caso de las mujeres (Engels, Origen de la familia), fueron institucionalizadas por la burguesía en el nuevo derecho burgués de ejercer la sexualidad independientemente del sexo que se tenga, convirtiéndose en la reivindicación central de las llamadas “minorías sexuales” cuyos favores electorales han sido manipulados desde entonces hasta la actual modificación en algunos países, de la legislación sobre el matrimonio en un solo sexo. Posteriormente desde los años 70 y 80, el término género fue utilizado (y así es desde entonces) para quitarle al capitalismo toda responsabilidad sobre la condición inferior que mantiene marginada a la mujer en la sociedad actual. Así al término género le agregaron nuevos significados sin abandonar su significado original (confusionismo propio de la mediocre intelectualidad burguesa). El género se definió como el conjunto de ideas que tiene una sociedad sobre lo que debe ser un hombre y una mujer, el rol social que deben cumplir y en consecuencia una ponderación, un valor dado por la sociedad a los hombres y a las mujeres. Pero este valor dado ha sido y es desigual, por tanto hay una desigualdad de género, de la cual nadie o todos, ¡la cruel sociedad! somos culpables, menos el capital. Esta es la clase de ciencia social que practica la intelectualidad burguesa creadora de tal charlatanería. Y así como ocurrió con las minorías sexuales, este nuevo enfoque del término género se ha convertido en la reivindicación central del feminismo burgués y pequeño burgués cuya meta es “la revalorización de la mujer”. Fascistas (como el militar Velasco en el Perú de los años setenta), allendistas, miristas, bolivarianos y trotskistas (de Chile actual), sin mayor esfuerzo creativo plantean en común luchar por la “equidad de género” y la revalorización de la mujer; el anarquismo aparentemente más radical, plantea también igualdad de género y revalorización de la mujer, por medio de la “disidencia sexual” y la “defensa de lesbianas, transexuales y homosexuales” (heroico aporte de ‘Acción feminista libertaria’). En medio de esta fauna, lo que le interesa al imperialismo es utilizar estas bravuconadas para propagandizarlas en su favor y es así que la ONU Mujeres ha definido al género como un sistema de jerarquías y desigualdades, un conjunto de relaciones de poder entre el hombre y la mujer y no entre una clase social y otra; y que para superar esta situación hay que considerar la desigualdad como una discriminación negativa a la que hay que oponerle otra discriminación positiva constituida por medidas como los programas y subsidios estatales orientados a la mujer.

La intelectualidad burguesa cree haber dado un gran paso adelante al afirmar que la mujer es un ser social pues dice que ya no está definida por los atributos sexuales de su biología (variable sexo), sino por el rol y valor que la sociedad le otorga (constructo género); sin embargo un ser humano no es un ser social por lo que los demás hablan de él, sino por las relaciones sociales que él entabla con los demás en la economía, en la política y en la cultura de una sociedad, relaciones sociales que tienen un desarrollo histórico y esas relaciones sociales son, desde la aparición de la propiedad privada, las clases y el Estado, relaciones de explotación y opresión. 

Las causas del problema de la mujer.
Las clases explotadoras siempre han planteado su teoría de la naturaleza humana independiente de las condiciones sociales, y como parte de ella, la teoría de la naturaleza inferior de la mujer, el sexo débil, independiente también del desarrollo histórico de la sociedad.
Para el proletariado, para el Marxismo Leninismo Maoísmo, no existe la naturaleza humana inmutable, el ser humano es un conjunto de relaciones sociales históricamente conformadas y que cambian según el desarrollo histórico de la sociedad. Estas relaciones sociales son las relaciones de propiedad, la forma de propiedad que se ejerce sobre los medios de producción y en segundo lugar las relaciones productivas que sobre esas relaciones de propiedad se levantan. En este contexto para el Marxismo Leninismo Maoísmo, la doble opresión de la mujer surge con la aparición de la propiedad privada, las clases y el Estado.
La explotación y opresión de clase surgieron cuando la propiedad común fue reemplazada por la propiedad privada de los medios de producción (relaciones de propiedad), y en consecuencia la sociedad sin clases donde todos trabajaban fue desplazada por la sociedad de clases donde las clases propietarias viven del trabajo ajeno (relaciones productivas).
La opresión de sexo sobre la mujer, surgió en idénticas condiciones sociales que la opresión de clase. La naciente explotación y opresión de unas clases por otras, requería destruir el fundamento organizativo del régimen comunista primitivo: el derecho materno, reemplazándolo por el derecho paterno. Federico Engels escribió en ‘El origen de la familia’:

“las riquezas, a medida que iban en aumento, daban, por una parte, al hombre una posición más importante que a la mujer en la familia y, por otra parte, hacían que naciera en él la idea de valerse de esta ventaja para modificar en provecho de sus hijos el orden de herencia establecido. Pero esto no podía hacerse mientras permaneciera vigente la filiación según el derecho materno. Este tenía que ser abolido, y lo fue”.
“Así quedaron abolidos la filiación femenina y el derecho hereditario materno, sustituyéndolos la filiación masculina y el derecho hereditario paterno”.
“El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esta baja condición de la mujer, que se manifiesta sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los de los tiempos clásicos, ha sido gradualmente retocada, disimulada y, en ciertos sitios, hasta revestida de formas más suaves, pero no, ni mucho menos, abolida”.

Esta doble opresión de la mujer ha evolucionado a lo largo de los estadios de progreso de la historia con el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo hasta su fase superior actual, el capitalismo imperialista. Pero es este último sistema, el capitalismo, el que ha incorporado a la mujer al trabajo y ha declarado como parte de los derechos universales burgueses, la igualdad de la mujer y el hombre, que no pasa de ser una igualdad jurídica formal sin aplicación en la realidad. Pero al incorporar a las mujeres al proceso productivo, el capitalismo las ha transformado en proletarias y trabajadoras y por tanto con la capacidad para desarrollar lucha reivindicativa, participar directamente en la lucha de clases e incluso en la revolución.

Para el imperialismo y demás clases explotadoras, que niegan la lucha de clases y defienden su sacrosanta propiedad privada de los medios de producción, la causa, no es de la doble opresión de la mujer, ni siquiera de la opresión de sexo pues no reconocen ninguna, la causa de su desigualdad de género que plantean, radica en la división del trabajo por sexos, de esta manera plantean reducir la desigualdad (¡reducir!), incorporando a la mujer a la actividad productiva, solución muy conveniente para la explotación del trabajo femenino por el capital. Al respecto la reaccionaria Bachelet dice:

“Como es sabido, una de las principales causas de las desigualdades de género en el mercado laboral es la persistencia de la división sexual del trabajo que impone a las mujeres una mayor responsabilidad en la crianza de los hijos y la atención de las labores domésticas. Esto influye por supuesto en la distribución del tiempo de trabajo de hombres y mujeres en las áreas productiva y reproductiva”.

Esta división del trabajo por sexos, según los imperialistas, ha reducido a la mujer al ámbito doméstico y a ocupaciones menos importantes que las del hombre de lo que se deduce que lo que hay que hacer es impulsar el “empleo decente y productivo” femenino creando condiciones favorables a través de dos políticas, la política de “corresponsabilidad social” aplicada por los empresarios y la política de discriminación positiva con empoderamiento aplicada por los viejos Estados.
Para el imperialismo, tal como lo repite su marioneta Bachelet, la corresponsabilidad social significa lo siguiente:
“Las empresas pueden aportar desde el desarrollo de códigos de buenas prácticas y otras formas de compromiso voluntario; fomentar la participación de mujeres empresarias en las instancias directivas”; “que los departamentos de recursos humanos tengan roles más activos, se brinden los cuidados infantiles necesarios para que las madres trabajen con tranquilidad, organizar los tiempos de trabajo de manera de ser “amigables con la familia”, entregando a la vez mayor “control” de los trabajadores sobre su horario laboral”.

En resumen, partiendo del respeto a la propiedad, el incremento de trabajo femenino requiere cierto compromiso voluntario de los empresarios en proporcionar lo necesario para el cuidado infantil (guarderías) y un horario de trabajo flexible que le permita a la mujer atender sus labores domésticas. Por su parte mientras la discriminación positiva significa que los Estados deben aplicar “medidas que permitan que las mujeres actúen en pie de igualdad” (guarderías públicas por ejemplo); el empoderamiento implica colocar mujeres en determinados puestos del Estado. Esta es la posición del imperialismo sobre el problema de la mujer.

Estas viejas tesis imperialistas que hemos revisado, están siendo aplicadas desde hace mucho tiempo en Chile. Las medidas tomadas por los gobiernos de las últimas dos décadas sobre la mujer chilena, demuestran su preocupación por contar con la mano de obra femenina que es más barata y según ellos menos conflictiva. Para mantener los salarios bajos de los hombres, las clases dominantes a través de su viejo Estado, incentivan el trabajo femenino por medio de los programas sociales para jefas de hogar y para micro empresas familiares. Las reglamentaciones laborales presentadas por los periodistas como grandes logros en la igualdad de género y en la revalorización de la mujer, son letra muerta para las mujeres del pueblo que trabajan en los fundos y agroindustrias de los terratenientes, en las fábricas, bancos y grandes tiendas del capitalismo burocrático y en las escandalosas residencias de las clases altas. La red nacional de guarderías no cubre ni la décima parte de la demanda, las que existen, atraviesan una crisis crónica por su exiguo presupuesto, por la corrupción de sus altos funcionarios y por el mal trato laboral dado a sus profesionales, quienes han levantado movimientos huelguísticos desde hace varios años. Las frases inventadas como ‘femicidio’ no han detenido la estadística de agresiones, las oficinas de defensa de la mujer son salas infestas que albergan la hipocresía de la burocracia y el papeleo de la legalidad burguesa, los tribunales familiares y salas de conciliación son una muralla donde las demandas de las mujeres rebotan hacia su ámbito original: la casa, demostrando así que la burguesía no solo es incapaz, sino que no quiere resolver tales cuestiones. Esta aborrecible condición, no la sufren todas las mujeres chilenas por igual. En las clases dominantes, donde las mujeres mantienen una posición social privilegiada como profesionales y propietarias de capital, ellas son consideradas embelesadamente como “mamíferos de lujo”. En el pueblo explotado, las mujeres obreras, trabajadoras, campesinas y de la pequeña burguesía (pequeñas comerciantes, profesionales, estudiantes), soportan junto a los hombres del pueblo, la misma explotación y opresión de las clases dominantes, de manera directa cuando trabajan para un patrón o de manera indirecta cuando están dedicadas a la actividad doméstica del hogar. En las masas más pobres la opresión de sexo se relaja debido a la ausencia de propiedad y a la presencia de gran miseria, siendo las mujeres más proclives a marchar junto a los hombres, en la lucha por sus demandas. Para controlar este ímpetu de las mujeres del pueblo, el reaccionario y pro-imperialista gobierno de Bachelet, les ha entregado a sus aliados menores, los renegados del marxismo del falso pc de Teiller, el nuevo ministerio de la mujer. Esta alianza no es novedad. Por mencionar solo las dos décadas pasadas, los gobiernos reaccionarios han utilizado velada o abiertamente los favores del viejo revisionismo organizado en el falso partido comunista. Estas alianzas han evolucionado desde los acuerdos reservados de Gladys Marín, secretaria del falso pc, con El Sr. Insulza o con Belisario Velasco (ministerio del interior), pasando por el apoyo electoral a Lagos y Bachelet, hasta su actual participación en el segundo gobierno de Bachelet. La renegada del marxismo ahora ministra Claudia Pascal ha dicho recientemente:
“Por fin las mujeres en Chile cuentan con una institución al más alto nivel del Estado. El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género hace realidad un sueño de miles de mujeres y de sus organizaciones que han luchado por sus derechos”.
“En este día histórico, muchas mujeres están presentes, mujeres de distintos pensamientos, edades e historias, todas comprometidas con un deseo: que las mujeres en nuestro país tengan más derechos, más autonomía y puedan vivir en libertad en un país que respeta sus derechos”.

Estas son las sandeces con las que el viejo revisionismo allendista ha reemplazado las tesis del marxismo, afirmar que el viejo Estado chileno respeta los derechos del pueblo demuestra una vez más que estas ratas han adjurado del marxismo y de la revolución y se han pasado por completo a las filas de la contrarrevolución.

La lucha por resolver el problema de la mujer.


“Las mujeres como los hombres son reaccionarias, centristas o revolucionarias, no pueden, por consiguiente, combatir juntas la misma batalla. En el actual panorama humano la clase diferencia a los individuos más que el sexo”.
             José Carlos Mariátegui

Igual que en los hombres, las batallas que combatirán juntas las mujeres del pueblo, tienen también dos grandes objetivos, el primero e inmediato es la conquista del poder en cada país para eliminar la explotación del trabajo ajeno, sentando así la única base material para la real igualdad jurídica entre sexos, sin embargo aún quedará el trabajo doméstico y el cuidado infantil hecho por familias individuales; el segundo objetivo es la conquista del socialismo, su heroica construcción en todo el mundo, aboliendo la propiedad, las clases y el Estado. Solo el socialismo es capaz de eliminar el trabajo doméstico individual por medio de la industrialización de las labores domésticas y la creación de una cultura socialista, condiciones necesarias para la real igualdad entre sexos ante la vida y así completar de manera definitiva la emancipación de la mujer. Mariátegui, gran marxista leninista latinoamericano, dice:

“A medida que el sistema socialista reemplace al sistema individualista decaerán el lujo y la elegancia femeninos... La humanidad perderá algunos mamíferos de lujo; pero ganara muchas mujeres. Los trajes de la mujer del futuro serán menos caros y suntuosos; pero la condición de esa mujer será digna. Y el eje de la vida femenina se desplazara de lo individual a lo social... Una mujer, en suma, costara menos, pero valdrá más”.

La emancipación de la mujer no es un sueño para el futuro. Los revisionistas sueñan, los anarcos sueñan. Los maoístas no tenemos sueños, tenemos metas y planes, organización y acciones. Decimos abiertamente que con el comunismo se completará la emancipación de la mujer eso es una meta; lo que quiere decir que la emancipación de la mujer es un proceso que ha comenzado ya desde el momento en que se fundan o reconstituyen los partidos comunistas para conducir las guerras populares hacia la conquista inmediata del poder, esos son planes y objetivos, organización y acciones. Las mujeres del pueblo participan en ese proceso. Es un proceso largo, de acuerdo; es una lucha prolongada, lo sabemos, pero es lucha de hoy, no para mañana; el que sea prolongada no hace permisible un gran relajo; no se puede dejar sin hacer las cosas, no se puede postergar las cosas, las tareas de la revolución no pueden ocupar el segundo lugar, la revolución no es una jornada laboral, con hora de ingreso y salida, no es un paseo, unas horas libres para después regresar a casa, a la cama, como si fueran un refugio libre de la lucha de clases, como si eso fuera posible. La revolución no espera caridades, limosnas, huiltrafas, quien las da que se las trague; la revolución es una obra grandiosa, en la que solo grandes sacrificios conllevan a grandes victorias, la revolución requiere revolucionarios profesionales, formados teórica y prácticamente, eso es lo que somos, entregados 24 horas a la revolución, a la destrucción del viejo orden y la construcción del nuevo. Esto es la emancipación de la mujer, una parte del proceso revolucionario que ha comenzado ya, y no va a volver atrás. Toma tu lugar compañera